Una lluvia muy dorada

Como muchos sabéis la lluvia dorada consiste en una practica bastante extendida en nuestra comunidad en la cual o bien se riega al sumiso o bien se le hace beber el néctar dorado que su Dominante expulsa de su Divino cuerpo.
En este caso me encontré con una llamada a media mañana en la que el sumiso en cuestión imploraba tan necesario néctar para su aburrida vida vainilla. Era un fetichista del rubio caldo que sólo una Diosa puede otorgar y así se lo hice saber, pues es más un regalo que un castigo y está claro que yo no voy regalando nada que no se merezca.
Mi propio nombre indica que no tan solo os encontráis a una Dómina si no que encima soy una sádica en estado salvaje, poco casera y muy estricta. Este nuevo sumiso que apelaba a mi , llamaba( como tantos otros) por recomendación de aquellos que previamente han estado bajo mi Ser.
La verdad es que hacía tiempo que no había hecho una lluvia tragada , supongo que a veces con tantas cosas que se me ocurren y falta de tiempo para hacerlas todas , hay prácticas que me dejo en el camino.
Me llamó la atención y le permití coger una cita en mi apretada agenda esa misma semana.
Era media tarde y como ya sabéis aquí en Alicante siempre hace calor, con lo cual es preferible mantenerse hidratada y sobre todo para una sesión de esta índole.
Llamaron al timbre y al mirar por la mirilla no vi a nadie, con lo cual no abrí la puerta. Pasados unos minutos se me ocurrió mirar abriendo la puerta y me encontré un perro muuuuuuuyyyy peludo de rodillas ante mi puerta a la espera de ser abierto. Le hice pasar y se quedó quieto en posición de entrega , de rodillas con la cabeza agachada, manos al frente con palmas hacia el suelo; me preguntó si podía besar mis zapatos a lo que le respondí que antes de tener el placer de mis zapatos debía empezar por la suela dejándola bien limpia.
Así lo hizo, lamió cada cm de suela dejando todo el polvo en su lengua y uso los larguísimos tacones para demostrar la valía de su garganta profunda, pues los 20cm entraron en su boca hasta el fondo mientras movía la lengua para alcanzar a todos los rincones del tacón  y limpiarlos dejándolos bien relucientes para su Dómina.
Los dos zapatos quedaron impolutos y entonces a la orden de lamer la suave piel negra del zapato por la que asomaban mis dedos se abalanzó como si fuera el manjar más exquisito que jamás hubiera probado. Cogió mis tobillos con dulzura pero firmemente y parecía que le faltara zapato para lamer ,era tal su frenesí que intentaba meterse ambos en la boca, intentaba tragar y chupar con la excitación de un mandril y no daba abasto su lengua, yo iba retrocediendo para sentarme cómoda a ver el espectáculo y sentir su fuego ardiente en mis pies, su lascivia y su  loco frenesí. Cuando hube tenido suficiente y mis zapatos hubieron quedado más que hidratados le mandé quitármelos para seguir con mis pies, pues esa lujuria suya hizo que yo quisiera lo mismo en mi piel.Sin levantar la mirada aún, pude oír como un gemido de placer salía del fondo de su ser y como un " gracias Mi Señora" inundaba la mazmorra en la que nos hallábamos; comenzó a lamer mis dedos muy suavemente a degustar el sabor de mi piel;  era lento y pausado , se notaba el miedo a que un diente rozara mis deditos, con las manos notaba el ímpetu y la excitación, pero su lengua era dulce y suave para conmigo, pero eso amigos míos, fue cambiando poco a poco pues una vez explorado el terreno dejó salir sus instintos y una de las veces que se había metido el pie en la boca empuje hacia su garganta para ver cuan profunda era y oooooh por Dios!...era muuuuuuy profundaaaaa, se me erizó la piel y a él se le salio por encima del pantalón su miembro erecto asomado para ver el espectáculo y saludar a su Dueña, en ese momento metí los dos pies en su boca, casi no podía respirar y con sus ojos entornados, en éxtasis , sin aliento casi, seguía moviendo su lengua y gimiendo cual perrra en celo. Saqué un pie y recobró el aliento, lo metí hasta el fondo tocándole con mi dedo la campanilla para provocar una arcada y su cuerpo se estremeció de placer dejando caer una lagrima de pegajoso liquido preseminal por su erecto miembro, mientras bombeaba una y otra vez intentando salir de ese ajustado vaquero al ritmo que mis pies se introducían en su boca.
En ese momento saqué mi pie del contacto con su lengua y le pregunté:
-¿Qué haces perro?
Se quedó descolocado no sabía si había hecho algo mal empezó a balbucear y entonces le dije que me mirara a la cara. Mis penetrantes ojos verdes coincidieron con los miedosos y tímidos ojos suyos , en ese momento me miró entera y vió a quién se entregaba con semejante pasión, su cara era de sorpresa, de alivio y de estupor pues le habían hablado de cómo era físicamente pero al verme en propia persona sólo pudo contestar a una pregunta que no le había hecho:
- Qué hermosa es Ud. en persona Señora!
-Vamos a ver , que te he preguntado qué estabas haciendo, porque ibas a manchar mi suelo con tu impetuoso miembro goteante, pero supongo que haciendo semejante trabajo fino de fetichismo podal te puedo perdonar y más después de halagarme sin pedirlo.
Enseguida recogió sus fluidos con la mano pero como no sabía qué hacer con ello le dije que se lo tragara, era suyo ¿no? pues adentro.
Conforme se lamía la mano entornó los ojos al principio por el asco pero cuando lo hubo saboreado.......mmmmm empezó a rebañar esa mano sin dejar nada entornando los ojos e imaginando que no era suyo poniéndole cara a ese fluido y disfrutando de cada gota que saboreaba.
Viéndole disfrutar le mandé desnudarse entero, quería ver como reaccionaba su fisionomía ante mi, quería ver su placer babeante y todo su cuerpo rezumante de feromonas entre todo ese pelo como si de Alfredo Landa en los 70 se tratara. La verdad es que nunca había visto tanto pelo en un cuerpo humano, parecía un uniforme del que solo sobresalía la cara afeitada y las manos, era impresionantemente peludo pero tan lividinoso que era imposible que sintiera nada de repulsa pues su entrega era taaaaan enorme , tan profunda que conseguía excitarme.
Cuando se hubo desnudado aparté mi tanga de seda de mi blanca piel dejando ver mi suave y lisa piel( sin pelos) mandé al sumiso a la cocina a por una copa de champagne que ya estaba sobre el mármol preparada por si acaso hacia una sesión digna.
Trajo la copa y le mandé tumbarse con la copa en su pecho , pues en esta sesión la lluvia iba a ser completa, iba a marcar su cuerpo como mio y se iba a beber la mejor copa de su vida.
Él ya estaba preparado , tumbado en el suelo con la copa en el pecho ,yo me puse de pie encima de él a la altura de sus genitales cuando mi oro liquido comenzó a salir a borbotones de mi cuerpo y comencé a regarle y marcarle, mi ardiente néctar caía sobre su erecto pene que cabeceaba al calor liquido que encima de él vertía mientras me iba desplazando hacia arriba y llenando la copa, una vez llenada me dirigí a su boca que mantenía cerrada y con una orden seca le mandé abrir para que tragase las ultimas gotas.
Cubierto de cálida orina y habiendo probado mi sabor intimo recién sacado del horno, quedaba esa copa de dorado y chispeante vino genuino de mi viñedo interno. Se incorporó ante mi atenta mirada y le dije:
-BEBE!
Miró la copa la tomó entre sus dedos y comenzó a beber y degustar, a saborear mientras notaba como bajaba por su garganta, cálido, cristalinamente ámbar .....Mio.
Todo Mio y nada más que Mio, mi esencia más pura vertida en una sesión altamente adictiva, dónde la cucaracha que entró arrastrándose por la puerta se tornó en perro que merecía ser marcado con mi aroma y mi esencia.



1 comentario:

  1. Me encantaria ser su perro servil, arrastrarme y besar sus pies y terminar bebiendome todo su nectar.-

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